Numerosos trabajos implican una exposición a bajas temperaturas que puede provocar daños graves en la salud de los trabajadores.

Conocer las características que debe tener el vestuario de trabajo para el frío y las medidas de protección adecuadas puede servir para prevenir situaciones peligrosas.
 

El cuerpo debe encontrarse sobre los 36,5 grados centígrados para evitar complicaciones sanitarias. Pero las bajas temperaturas del invierno pueden provocar que los trabajadores que desarrollan su actividad laboral a la intemperie vean amenazada su integridad física.

Otros trabajos que no se llevan a cabo al aire libre también se caracterizan por su entorno de bajas temperaturas. En este grupo encontramos los trabajos en cámaras frigoríficas, los trabajos en el interior pero sin calefacción, como los vigilantes en naves, fábricas y los operarios de la industria, y los trabajos de contacto con agua, como los marineros y los trabajadores de petrolíferas, entre muchos otros.

Normativa sobre uniformes de trabajo para el frío

Para empezar a prevenir los riesgos laborales asociados a las bajas temperaturas es necesario conocer la normativa legal que hace referencia a los uniformes de trabajo para el frío.

En este sentido, las tres normas oficiales son:

- La norma UNE-EN 14058:2004, de “Ropa de protección. Prendas para protección contra ambientes fríos”: hace referencia a ambientes de hasta 5 grados centígrados.

- La norma UNE-EN 342:2004, de “Ropas de protección. Conjuntos y prendas de protección contra el frío”: hace referencia a ambientes de menos de 5 grados centígrados.

- La norma UNE-EN 511:2006, de “Guantes de protección contra el frío”

La primera norma específica que los uniformes de trabajo contra el frío y la lluvia deben cumplir los requisitos siguientes:

- Resistencia térmica

- Aislamiento térmico

- Impermeabilidad al agua

- Resistencia al vapor de agua

La segunda norma, que hace referencia a las condiciones de trabajo de frío extremo, añade que este tipo de uniformes de trabajo deben cumplir los requisitos:

- Aislamiento térmico

- Resistencia a la penetración del aire

La reciente normativa sobre los guantes de protección contra el frío diferencia entre el “aislamiento térmico” y la “resistencia térmica a bajas temperaturas”, de hasta -50 grados centígrados. También especifica que los guantes deben ser evaluados para determinar su resistencia a la penetración del agua.

Tipo de ropa de trabajo térmica y sus características

Con el fin de cumplir los requisitos que la normativa exige, hay distintos tipos de ropa de trabajo para combatir las bajas temperaturas.

Las chaquetas, cazadoras y chalecos cubren la parte superior del cuerpo, en la que se encuentran los principales órganos, manteniendo la temperatura corporal necesaria. Pero no todas estas prendas están diseñadas y confeccionadas para los trabajos expuestos al frío y a la lluvia. El vestuario de trabajo de este tipo debe estar formado por varias capas, siendo la más externa de un tejido especial con capacidad para repeler el agua y la humedad. La capa interior debe ser acolchada, para mantener el calor, pero debe ser de tejido transpirable, ya que si se produce sudoración, ésta puede provocar enfriamiento del cuerpo. También se debe valorar el sistema cierre, preferiblemente con cremallera, y con los puños y cintura elásticos, para que cierren casi herméticos y eviten que penetre el frío y el viento. La largada de la prenda, por debajo de la cintura o tapando el trasero, se debe valorar según el trabajo desempeñado.

Los guantes de protección no sólo sirven para evitar daños en las manos, sino para aislar la piel del frío e impedir que se agriete y se produzcan heridas. Deben ser impermeables por fuera y muy confortables por dentro, con un tejido transpirable.

El calzado de trabajo para el frío también debe cumplir una serie de recomendaciones básicas. La primera es que debe ser impermeable por fuera, para evitar que la humedad y el agua se filtren y provoquen el enfriamiento de los pies. Por dentro, este tipo de calzado debe ser transpirable para evitar que la sudoración humedezca los pies y aumente así la sensación de frío. Es muy importante que, si el tipo de trabajo lo permite, el calzado cubra hasta los tobillos y quede debidamente sujeto con cordones, hebillas o cierres de velcro.

El frío afecta a otros tipos de equipos de protección individual (EPIS), sobre todo aquellos destinados a ofrecer protección frente a impactos, como pueden ser las gafas protectoras o los cascos se seguridad. Las bajas temperaturas pueden provocar el incremento de la rigidez de los materiales. Por este motivo este tipo de equipos de protección son sometidos a ensayos a temperaturas extremas para pasar sus correspondientes controles de calidad.

Conocer las características que debe tener el vestuario de trabajo para el frío y la normativa de éste nos ayudará a escoger el mejor uniforme laboral y a prevenir riesgos para la salud de los trabajadores.